jueves, diciembre 27, 2007

Pavo con Correa

Esta Navidad y fin de año Rafael Correa no falta en nuestra mesa. La entrega de regalos, el pavo, los años viejos y las camaretas se mezclan con extensas discusiones sobre los errores y horrores de este Gobierno y ahora también su Asamblea.

El éxito de un gobierno se lo puede medir por lo poco que se hable de él. Mientras menos se habla de un gobierno y sus políticos, seguramente se trata de un gobierno exitoso, o al menos un gobierno que hace lo suficiente para no dar razones de queja. En cambio, los gobiernos que nos llenan de frustraciones son siempre tema de conversación.

Hagan cuentas del tiempo que le dedicaron esta Navidad a hablar de Correa y el que le dedicarán este año nuevo entre música y tragos. Como para darnos una preocupante idea de nuestra realidad política.

Este Gobierno, que al igual que la mayoría de gobiernos modernos, se maneja por lo que digan las encuestas, ha avanzado hasta ahora con vía libre hacia sus objetivos. Su altísima popularidad le daba el lujo de ignorar a sus críticos, sabiendo que contaba con el apoyo de una mayoría. Pero ahora que esas encuestas empiezan a bajar, y a mostrar flaquezas y el aumento de un descontento general, ¿cambiará de actitud este Gobierno?

El presidente Correa sabe que la Asamblea, y él como su principal promotor, cometerán un acto ilegal en el momento que la reforma tributaria sea apuradamente aprobada e impuesta en los ecuatorianos. Él sabe que la Asamblea no tiene esa facultad. Que el Estatuto que él mismo diseñó y que los ecuatorianos ratificaron exige que esa reforma y cualquier otra ley sean aprobadas en un referéndum junto a la nueva Constitución.

Correa lo sabe. Acosta lo sabe. Todos los asambleístas de Alianza PAIS lo saben. ¿Con qué cara nos hablarán de ley y justicia cuando ese abuso sea consumado? ¿Con qué cara hablarán de los males y mañas de la partidocracia si ellos están haciendo lo mismo? ¿Veremos a algún asambleísta de gobierno reclamar este abuso y negarse a ser cómplice con su voto?

La cuenta regresiva impuesta por el Presidente a la Asamblea para aprobar la reforma llega a su fin. El reloj marcará el fin de año y el primer gran abuso de esta Asamblea. ¿A qué saben el pavo y las uvas cuando uno está a punto de cometer una ilegalidad tan grande? Si nos imponen esta reforma tributaria o cualquier otra ley antes de aprobarse en referéndum, el Presidente y sus asambleístas nos podrán describir el sabor del abuso compartido; ese sabor que los políticos de siempre, a los que ahora oficialmente ellos pertenecen, conocen muy bien.

Se cierra el año de Correa. Esta Navidad faltó el pavo en muchas mesas, pero no faltó Correa. Ahí estuvo de tema principal de conversación, como suele suceder en los países donde la política es la principal fuente de frustración. Este país irá en el camino correcto cuando dejemos de hablar de nuestro presidente y políticos. Algo bueno estarán haciendo cuando no nos acompañen a la mesa.

Por ahora empieza otro año de Correa. Seguro lo tendremos en la mesa en muchas ocasiones más. Ojalá la indigestión no sea tan grave.

jueves, diciembre 20, 2007

Por el lado amable

Por ser Navidad, ¿qué tal dejar a un lado las amarguras que nos produce este Gobierno y ver el lado amable de las cosas? Ya sé que es difícil ver el lado amable de un gobierno que en este primer año ha llenado el país de confrontación, divisiones, y una visión socialista-estatista-centralista que debería estar sepultada en el cementerio de los fracasos políticos. Así que para mantener ese espíritu navideño mejor no mirar atrás y enfocarse en el 2008.


Para eso, viene bien analizar la reciente entrevista del presidente Rafael Correa con periodistas de la Asociación de Canales de Televisión. Entre las cosas que dijo, resalto cuatro temas positivos.

Primero. Correa ratificó la necesidad de elegir diputados por distritos electorales. Alianza PAIS fue el principal beneficiado del voto en plancha en estas últimas elecciones. Eso nos hacía dudar de una propuesta seria de votación por distritos. Si la Asamblea concreta esta reforma electoral, daremos un gran paso hacia un Congreso más serio, representativo y con mayor rendición de cuentas.

Segundo. Correa destacó que ya no hay dueños del país que se rían en la cara de la justicia. Y aseguró que esa situación no se repetirá. Este primer año el Gobierno ha roto la Constitución destituyendo a diputados, se ha ido en contra del estatuto de la Asamblea, ha utilizado recursos públicos para su campaña electoral; en fin, ha abusado del poder para lograr sus objetivos electorales. Que no se hagan los santos. Pero viéndolo del lado amable, este Gobierno ha desmantelado, en gran medida, esos abusivos grupos políticos que perseguían y metían a la cárcel al que les caía mal. El 2008 será un buen año si el Presidente nos demuestra con sus actos justos y apego a la ley que el poder no los convertirá a él y su gente en clones de izquierda de sus antecesores.

Tercero. Correa dijo: “no queremos poner la ideología de un gobierno en la Constitución… No queremos hacer una Constitución para cuatro años de gobierno, ojalá que estemos haciendo una Constitución para los cuatro siglos venideros”. Con que sean cuatro décadas estamos más que conformes. Es positivo que exista este deseo del Gobierno. Para ello, deben empezar por escuchar a la oposición. Solo así asegurarán una Constitución que no esté bordada a la medida de las camisas del Gobierno, sino a la medida de los derechos y libertades de todos los ecuatorianos.

Y cuarto. Correa hizo énfasis en la importancia de hacer un gobierno con políticas claras, transparente, y con proyectos rentables para atraer la inversión extranjera. Según Correa, este Gobierno cumple las tres condiciones. Dudamos que cumpla la primera, pero es importante que exista el deseo de alcanzar esas políticas claras. Y es positivo que en este primer año el Gobierno sea percibido como honesto (claro, que olvidando los pativideos y todos esos recursos públicos utilizados para campaña electoral).

Viéndolo por el lado amable, Correa nos dejó algunos mensajes positivos en su última entrevista. Queda el reto de pasar de palabras a hechos.

Esta Navidad haré el esfuerzo de creer en este Gobierno como quien cree en Papá Noel, sabiendo que más temprano que tarde la ilusión acabará. ¿Feliz Navidad?

jueves, diciembre 13, 2007

Peleas de barrio

Al candidato perfecto se le acabó su tiempo de candidatura. Ganó. Tiene todo lo que necesita para gobernar. ¿Y qué hace? Sigue en lo mismo.

En este casi primer año de gobierno la alta popularidad de Rafael Correa no se ha basado en obras, más empleo, o el progreso del país. Se ha basado en su constante campaña, promesas de cambio y confrontación. Con eso logró el apoyo masivo que buscaba.

Ahora, sin Congreso ni oposición, y con vía libre para llevar adelante sus proyectos, uno pensaría que el Presidente se dedicaría finalmente a gobernar sin necesidad de abrir frentes de batalla por donde pasa.

Pero no. Parece que eso de gobernar, administrar, concretar proyectos, como que no va con su personalidad altiva y soberana. Prefiere continuar de candidato, buscarse enemigos por todos lados, insultar, polemizar, polarizar al país.

Esto lo hemos visto claramente en dos recientes declaraciones de Correa. Por un lado amenazó irresponsablemente con renunciar si la Asamblea no lo apoyaba 100%. Por otro, atacó nuevamente el progreso de Guayaquil.

Su nada creíble amenaza de renunciar si la Asamblea no dejaba a un lado la polémica de Dayuma nos dio a probar cómo será la relación con la Asamblea: o hacen lo que yo digo o me pongo bravo. ¿Será que extraña tener un Congreso con quien pelear? Esta vez la mayoría de gobierno siguió las órdenes del gran jefe Correa, pero mañana podrían levantarse contra él, y ahí sí se armará la grande. Por lo visto, si Correa no encuentra enemigos, los crea. Ahora les tocó a sus propios asambleístas. Confrontar antes que gobernar parece ser el lema presidencial. Medir fuerzas antes que unir fuerzas es la estrategia.

Y los ataques a Guayaquil. Con tantos problemas que tiene el país, tantos asuntos por resolver, el Presidente no ve nada mejor que criticar a la ciudad que más ha progresado y que solo pide que la dejen tranquila para seguir avanzando. A Correa puede no gustarle el bigote de Nebot, disgustarle que el éxito de Guayaquil se deba a alcaldes de derecha, en fin, puede tener sus razones para no ser el fan número uno de este Municipio. Pero no puede negar el progreso de Guayaquil. ¿Y qué hace nuestro Presidente ante una ciudad que es ejemplo de desarrollo? La ataca, la intenta hundir, solo porque le molesta que el gobierno central no sea parte de este éxito, porque no aguanta no ser el favorito en su ciudad natal. El éxito de Guayaquil es una cachetada al modelo de Estado centralista y planificador predicado por este Gobierno, y eso le molesta al Presidente.

Aquí no hay corazón ardiente, ni mente lúcida, ni amor por el país ni Guayaquil. Tenemos un Presidente que busca aumentar su popularidad midiendo fuerzas y minando los logros de los demás, en lugar de demostrar logros propios. ¿Quién dijo que la vieja política había muerto? Sigue vivita y coleando, solo que ha rejuvenecido y no usa corbata.

¿Dejará a un lado la confrontación? ¿Lo veremos finalmente transformar ese apoyo popular en acciones para impulsar este país adelante en lugar de buscarse peleas de barrio? Tristemente ya conocemos las respuestas. Los guayaquileños, y con el tiempo todos los ecuatorianos, tendremos que defendernos de quien debía apoyarnos.

jueves, diciembre 06, 2007

Buscando esa voz

La aplastante mayoría gobiernista en la Asamblea Constituyente presenta una oportunidad para darle una voz a la oposición. Es verdad que el voto de la oposición se ahogará en el oleaje de votos de Alianza PAIS. No tendrá ningún efecto en el texto de la nueva Constitución o las decisiones que se tomen estos meses en Montecristi. Pero al mismo tiempo, los oídos de distintos sectores del país y los micrófonos de los medios de comunicación están abiertos y atentos a lo que la oposición tenga que decir.


La Asamblea es la oportunidad para que surja esa voz que hoy está callada. Esa voz que explique por qué este socialismo que pretende establecer el gobierno no es la solución. Esa voz que alerte a esa mayoría que levantará las manos en bloque para aprobar lo que propongan Correa y Acosta, sobre el grave retroceso que significa implantar un modelo estatista y centralista. Esa voz que muestre con argumentos sólidos cómo progresan los países en los que el Estado no se impone, no acapara, y no asume funciones del sector privado; sino que brinda el apoyo y las facilidades para que los individuos y el sector privado florezcan. Esa voz que presente las propuestas para una Constitución que nos garantice libertad y condiciones para progresar.

El voto de esa voz será insignificante. No le hará cosquillas a los votos de la mayoría. Pero se haría escuchar. Captaría la atención de todos.

El problema es que por más que buscamos esa voz frontal, coherente, preparada y carismática, no la encontramos. Dentro de la Asamblea, la oposición se pierde entre partidos que representan el pasado político que queremos dejar atrás y nuevas voces sin fuerza y presencia suficiente. Fuera de la Asamblea, Jaime Nebot, la principal voz de oposición en estos días, se limita todavía a una oposición local, sin miras a convertirse en voz nacional.

Las voces de partidos como el Prian y Sociedad Patriótica no se pueden llamar de
oposición. Son voces sin definición, que según las conveniencias suenan a derecha, a izquierda, o a puro populismo. No son constructivas. El Partido Social Cristiano tiene voces jóvenes, pero que suenan débiles todavía. Por otro lado, voces como la de León Roldós, si bien son respetadas, no despiertan mayor entusiasmo.

Quedan entonces los representantes de los movimientos nuevos. De esos, tal vez Mae Montaño sea la que mayor presencia nacional y atención general tenga para representar a la oposición seria en la Asamblea. Junto a ella, Pablo Lucio Paredes es quien con mayor coherencia y claridad podría explicar al país por qué el modelo de Correa y Acosta no apunta al progreso.

Ojalá emerja esa voz. De lo contrario, los asambleístas de la mayoría del Gobierno impondrán su discurso sin escuchar argumentos contrarios que al menos los haga pensar antes de votar en masa.

Los micrófonos están abiertos para esa voz que tome el liderazgo de la oposición. Estamos atentos. No queremos que pasen casi diez años, como en Venezuela, para que finalmente las circunstancias obliguen la aparición de una oposición con fuerza suficiente, que impida la profundización de un modelo socialista que camina para atrás.

miércoles, diciembre 05, 2007

Revista la U. - Diciembre 2007

Ya está circulando la U. de diciembre en tu universidad!!!



Para pautar en revista la U. escribe a revistalau@yahoo.com (tarifario adjunto). Envíanos tus artículos, fotos, ideas o comentarios a revistalau@yahoo.com.