jueves, abril 30, 2009

Desilusión postelectoral

Este domingo no tuvo mayores emociones. Sabíamos casi todos los resultados por adelantado. Se siente raro por primera vez amanecer de una elección general con todo prácticamente igual.

Tal vez lo más emocionante de estas elecciones es que al fin descansaremos de votar obligados a cada rato. Al menos por cuatro años. Y esto si Rafael Correa no decide inventarse alguna nueva elección en el camino que ratifique su popularidad.

Mi lado optimista me decía que al fin se terminaría esta campaña ininterrumpida de más de dos años en la que nos ha metido el Gobierno. Campañas para llevarnos a una Asamblea, pasar por una nueva Constitución, para finalmente reelegir a su autor. Pensaba que esta reelección marcaría el fin del Correa-candidato para dar inicio finalmente, aunque con dos años de atraso, al Correa-presidente.

Pero mi lado optimista se equivocó. Una de las primeras declaraciones postelectorales del Presidente es que los próximos cuatro años continuará “en campaña electoral recorriendo cada rincón de la patria para levantar la autoestima del país”. Nada cambiará por lo visto. Nos seguirán vendiendo la alegría empaquetada en eslóganes de televisión, visitas motorizadas y tours gastronómicos locales. El presidente-motivador, antes que el presidente-estadista y administrador, seguirá en su misión de alegrarnos la vida. Sonríe Ecuador, sonríe.

Pero esa no fue mi única decepción postelectoral. Pensé que este nuevo triunfo significaría el inicio de un Correa más realista que se aleje de sus posturas populistas –que él llama socialistas– para dar paso a políticas pragmáticas que generen confianza, inversiones, empleo y desarrollo.

Pero, ¿qué nos dice el flamante Presidente reelecto además de que continuará en campaña? Nos dice que radicalizará su socialismo del siglo XXI. Dijo también que “los cambios son posibles pero fuera del sistema capitalista, dentro del nuevo socialismo”. ¿Se da cuenta Correa de lo que dice? ¿Realmente piensa alejar a este país de un sistema de mercado y propiedad privada? ¿O son disparates que se escapan por la emoción del triunfo?

Con cada triunfo de Correa espero que diga algo, al menos una cosa, que indique que encaminará este país por un rumbo distinto al chavismo ultraestatista. Pero termino decepcionándome.

Pero tranquilos, no se preocupen tanto. Diego Borja, ministro del revolucionario ministerio coordinador de Política Económica, dijo que “no hay que ponerse nerviosos”, que “socialismo del siglo XXI no significa estatización, porque hemos visto que el modelo estatizante no sirve”. Hugo Chávez, maestro del socialismo del siglo XXI y activo practicante del estatismo, no estaría de acuerdo con la definición de Borja. ¿A quién le creemos? ¿Qué quiere decir entonces Correa con lo de profundizar su socialismo y alejarse del capitalismo?

Vienen cuatro años sin elecciones. Esta es la oportunidad del Gobierno para trabajar, ahora sí, pensando en el progreso del país y de su gente; no en los próximos votos o en su popularidad del momento. Esta es la oportunidad para tomar decisiones y acciones que nos metan en el siglo XXI de los gobiernos ganadores que, sin hacer mucha bulla ni quejarse a cada rato, le apuestan al trabajo y emprendimiento de su gente con el apoyo de un Estado limitado y eficiente.

Las primeras declaraciones del reelecto Correa ya apuntan en la dirección contraria. Así empezamos los próximos cuatro años.

jueves, abril 23, 2009

‘Para Obama, con afecto’

Hugo Chávez es un gran agente literario. En la última Cumbre de las Américas le regaló a Barack Obama una copia del libro Las venas abiertas de América Latina, del uruguayo Eduardo Galeano. Una foto capturó el momento. Y el libro ocupó en pocas horas el segundo lugar en la lista de los más vendidos en Amazon.com. Ojalá los nuevos lectores del libro no se contagien de esas ideas que Chávez y compañía comparten.

Las venas abiertas de América Latina dice que estamos mal en Latinoamérica por culpa de otros, no de nosotros mismos. Que somos pobres porque los países ricos nos chupan la sangre.

Según Galeano “nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros…”. O sea que al ganar un país pierde el otro. No podemos beneficiarnos ambos. Los imperialistas nos han robado nuestro oro, plata, cacao, café, banano, petróleo y más. Y es culpa de ellos, no nuestra, que no hayamos aprovechado estas riquezas naturales.

Para Chávez y sus amigos la culpa de nuestra pobreza siempre viene de afuera o de algunos “traidores” de adentro. La culpa es del imperio, de las multinacionales, del Fondo Monetario y el Banco Mundial. Somos unos pobres explotados incapaces de conducir nuestro destino. Buena excusa para el fracaso. El éxito de Chile demuestra lo contrario.

Opositores han criticado a Obama por su amigable actitud con un Chávez que hace poco lo calificó de “pobre ignorante” y que vive insultando a Estados Unidos. Pero creo que lo mejor es que Obama siga en ese tono amigable.

Así, Chávez y compañía tendrán un enemigo menos a quien culpar por sus errores y horrores. Así, sus seguidores antiyanquis tendrán menos argumentos para culpar al FMI, a la CIA, o al Banco Mundial de nuestra pobreza. Tal vez así, empiece Latinoamérica a entender que nosotros mismos, y nadie más, somos responsables de nuestro atraso o progreso.

Criticar a Bush era muy fácil. Pero hablar mal de Obama será más difícil, sobre todo si mantiene el diálogo y apertura con todos los líderes de la región sin importar su ideología o forma de gobierno. En cambio, si Obama no dialoga con Chávez, o cierra las puertas a un cambio de políticas hacia Cuba, solo le dará más argumentos a la gran base antiyanqui en Latinoamérica que vive culpando a otros de nuestra pobreza.

Los “acuerdos” de estas cumbres presidenciales al final sirven para poco o nada. Casi nadie los lee o les hace caso. Lo importante de estas cumbres son las relaciones que se fortalecen entre jefes de Estado. Y en estos tiempos de crisis es trascendental la colaboración y buena relación entre ellos.

Es posible que esta cumbre presidencial haya iniciado una nueva era en la relación de América Latina con Estados Unidos. Lastimosamente, se siente como si casi todos los mandatarios latinos están esperando un cambio en Estados Unidos que solucione los problemas de América Latina. Cuando es América Latina la que debe solucionar sus propios problemas. Saldremos adelante solo cambiando nosotros mismos, más allá de lo que hagan Estados Unidos o los países ricos.

El libro que regaló Chávez llevaba la dedicatoria “Para Obama, con afecto”. Veremos cuánto dura el cariño.

miércoles, abril 22, 2009

¿Buena vida?

Estoy echado en la playa. El sol brilla. Las olas del mar revientan en la arena. Y el sabor amargo y refrescante de una cerveza helada baja por mi garganta. Me he traído el periódico. Los problemas del mundo duelen un poco menos con los pies en la arena.

Me detengo en la nieve y el frío del noreste de Estados Unidos. Nueva York, Washington y Filadelfia están congelados bajo una montaña de nieve. En la foto se ve a gente con nieve hasta las orejas. Pienso: que rico estar aquí, en pleno invierno costeño, bajo el sol, el calor y esta biela refrescante. Pero luego lo vuelvo a pensar: ¿no sería mejor congelarme en la nieve del primer mundo en lugar de broncearme en esta arena del tercer mundo?

Alguna vez escuché en una conferencia que muchos países ricos habían alcanzado su alto nivel de desarrollo gracias, en parte, a que deben soportar el crudo y frío invierno. El duro clima obligó a sus habitantes, desde los antepasados de sus antepasados, a trabajar más durante las estaciones cálidas para cultivar y reunir alimentos, cazar animales que les den abrigo, y hacer todo lo necesario para sobrevivir los meses de invierno. Además, debieron construir casas fuertes con materiales resistentes que soporten las peores nevadas. Confeccionar sus abrigos. En fin, estar listos. La llegada del mal clima los obligó a desarrollar ese sentido de trabajo duro, previsión, ahorro y todas esas cualidades que contribuyen al crecimiento de un país.

En nuestras cálidas tierras, en cambio, nuestros antepasados la tuvieron más fácil. Verano eterno. La canción “Don’t worry, be happy” de Bobby McFerrin encabezaba la banda sonora de nuestras primeras civilizaciones. Buen clima. Frutas caída del cielo. Durante el año entero sobraban los alimentos. Podían andar desnudos sin problema. No había necesidad de complicarse inventando nuevas armas y sacarse la madre matando animales peludos para confeccionarse abrigos. Una chozita y una hamaca bastaban para cubrirse del sol y pegarse una siesta. Nada de casas complicadas y resistentes para protegerse. Eso de ahorrar y prepararse para el mal clima no lo conocían. Se acostumbraron a tomarse la vida con calma. Y hemos heredado esa actitud con el paso de las generaciones.

No se que tan válidas sean estas teorías, pero tienen sentido. Tuvimos demasiado sencilla la cosa. Y como todo lo que viene fácil, lo hemos desaprovechado. Nos sucede en especial a los países petroleros. Vivimos la paradoja de ser los más pobres a pesar toda esa riqueza que nos llega solita del subsuelo, sin que hagamos gran cosa para ganarla. Nos volvemos pasivos esperando que nos mantengan, nos den de comer y que mañana, como hoy, brille el sol y haga calor. Ponernos a trabajar de verdad está fuera de lugar.

No se por qué todo esto me da vueltas por la cabeza mientras me tomo mi cerveza en la arena. De repente no puedo disfrutar tanto el momento. El sol, el mar, la playa están bien. Pero la nieve me atrae. El mal clima me llama. Quiero caminar con nieve hasta el cuello, rodeado del desarrollo y el trabajo de ese primer mundo. Esta playa y sol nos terminan pasando la factura de una sociedad estancada.

Se me acerca un vendedor de cocos y rompe mi reflexión. ¡Qué maravilla! Te traen el coco a tu silla en la playa, tomas esa agua refrescante, y aquí mismo te lo parten a machetazo limpio. Delicioso coco. Delicioso sol. Delicioso clima. Y mañana es feriado con puente obligado. La buena vida. ¿La buena vida?


* Publicado en revista SoHo de Abril.

jueves, abril 16, 2009

Reír llorando

En el año 92, durante su campaña presidencial, Bill Clinton apareció en el popular show de Arsenio Hall. Con gafas oscuras, Clinton tocó el saxofón. Muchos dicen que ese momento fue crucial en su campaña para ganarse la simpatía –y los votos– de miles de personas que se identificaron con el joven y moderno candidato.

Los políticos han entendido que los votos se ganan contagiando simpatía. Más que por promesas o planes específicos, al final votamos por el candidato que se gana nuestra confianza y nos cae bien. Los votos cada vez se ganan menos en debates o entrevistas profundas. Se ganan entre bailes, canciones y bromas en programas de TV.

Este domingo, varios candidatos llevaron al extremo esta realidad al aparecer en el divertido programa ‘Buenos Muchachos’ (el mismo que tuvo que salir de uno de los canales incautados por sus críticas al Gobierno). Fue, como lo anunciaban los animadores del show, toda una “fanesca política”.

El programa me dejó más claro que antes que bajo las reglas de juego actual los candidatos no pueden realmente darse a conocer. Al estar limitados a un mínimo espacio publicitario, les toca recurrir, más que antes, a simples eslóganes y cualquier efecto creativo que haga que la gente los recuerde. La dizque igualdad para todos los candidatos los termina hundiendo en el mismo anonimato, mientras quienes van por la reelección tienen todas las de ganar al ser los únicos con los medios y cobertura para ser escuchados. La supuesta igualdad de condiciones termina siendo lo contrario.

En el programa del domingo los candidatos repetían su eslogan y un par de promesas acompañados de algún recurso visual. Parecían vendedores ambulantes, que ofrecen sus productos sin dar mayor explicación. Ahí, en ese programa y en estas elecciones en general, no hay tiempo para sentarse a explicar las cosas.

Tal vez idealizo elecciones pasadas, pero siento que al menos conocíamos a los candidatos principales y sus propuestas. Había un encuentro de ideas y proyectos que podíamos comparar. Los candidatos se exponían más tiempo en los medios. Hoy, venden eslóganes, gestos e impresiones en pocos segundos.

Álvaro Noboa repite que “de aquí en adelante el grito de la calle va a ser ¿De qué se ríe Correa?”. Pierina Correa canta inspirada. Rafael Cuesta con la boca pintada con la bandera de Guayas dice que “esta boca habla por Guayas”. Dalo Bucaram y su esposa Gabriela Pazmiño, se apoderan del escenario, cantan, y repiten mil veces su eslogan “Dalo por hecho”. Lucio Gutiérrez trae “una pistolita para hacerle pum pum a los precios altos de los víveres” y “una cajita de fósforos para quemar los precios altos del que sabemos” mientras repite que “Con Lucio todo era barato, ahora todo está caro”. Y así pasan al escenario los candidatos con sus ventas, tratando de convencernos en pocos segundos.

El programa me hizo reír. Pero en el fondo, da ganas de llorar por el básico nivel de nuestros candidatos y de campañas con las que se supone debemos decidir nuestro voto. Salvo pocas excepciones, como las campañas de Barrera y Ricaurte, candidatos a la Alcaldía de Quito, que constantemente debaten y discuten sus planes, aquí para ganar toca cantar y bailar. Y a nosotros, reír para no llorar.

jueves, abril 09, 2009

Planchazo revolucionario

¿Puedes nombrar a los quince candidatos a asambleístas nacionales por los que votarás este 26 de abril? ¿Identificarías las fotos de los asambleístas provinciales o los concejales junto a las que marcarás la papeleta? Yo tampoco.

Vuelve con fuerza el planchazo impersonal.

Correa apoyaba la creación de distritos electorales y la eliminación del planchazo. Basta googlearlo un poco para ver cómo incumplió su promesa.

En la página web de su primera candidatura, www.rafaelcorrea.com, aparece un comunicado titulado ‘Correa denuncia que León Roldós rompió el acuerdo para la convocatoria de una consulta popular por la Asamblea Constituyente’. El acuerdo, suscrito en agosto del 2006 por Correa, Roldós y Ehlers, incluye, entre otras cosas, “eliminar el voto en plancha”. Así de claro y puntual. ¿Quién rompió el acuerdo al final?

En la misma página web, aparecen declaraciones de Correa, donde indica: “Creemos necesario un sistema de distritos para que cada territorio esté representado, para que la gente le pueda exigir a sus representados rendir cuentas”. Yo ilusamente le creí. Y aquí estamos, igual que antes, sin ningún cambio.

Otra más. En su entrevista con la Asociación de Canales de TV, en diciembre de 2007, Correa dijo: “Es necesario una democracia mucho más representativa y mucho más participativa. Hoy el Congreso Nacional no representa absolutamente a nadie. Se diluye la responsabilidad. No hay rendición de cuentas. En consecuencia hay que hacer nuevos distritos electorales, donde los elegidos en verdad se sientan obligados con sus representados y esos representados les pueden pedir rendición de cuentas”.

¿Qué pasó en el camino? ¿Entendieron que esto de los distritos no ayudaría en sus estrategias por captar todos los espacios de poder? ¿Descubrieron que el voto en plancha, que antes aborrecían porque beneficiaba a los partidos poderosos, ahora no sería tan mal negocio?

Correa creía en esto. Por eso lo repetía. Pero el deseo de poder a veces opaca convicciones.

Votaremos nuevamente en plancha por gente que no conocemos, sin propuestas ni rendición de cuentas. En la página web del Consejo Nacional Electoral encontraremos caras de candidatos que nunca hemos visto, voces que nunca hemos escuchado, nombres que nunca hemos leído. Y lo irónico es que votaremos por ellos.

Si al menos nuestros partidos políticos tuviesen una ideología definida, estaríamos votando, más allá de no conocer a los candidatos, por una postura y políticas específicas. Pero acá, los partidos patean para todos lados y con las dos piernas. Empezando por Alianza PAIS. Ahí conviven las más diversas posturas ideológicas y pasados políticos. El planchazo, que favorece la imagen vacía por encima de cualquier propuesta o definición ideológica, nos terminará atrapando.

Pero siendo egoísta, el planchazo a mí tampoco me viene mal. El CNE ha tenido la gentileza de escogerme nuevamente como miembro de una junta receptora de voto este 26 de abril. No quiero ni imaginar lo que será el conteo de votos para asambleístas. Por eso, si te toca votar en mi mesa, por favor, ayúdame a regresar temprano a mi casa. Vota todo en plancha. Así contamos rapidito.

¡Que viva el planchazo! El país, como siempre, que se aguante a los políticos de siempre, que ofrecen lo de siempre, y cumplen solo lo que les conviene.

jueves, abril 02, 2009

Reciclaje

Este domingo EL UNIVERSO publicó un reportaje de esos que no gustan en Carondelet.

En el reportaje vemos que este Gobierno sabe reciclar, no papeles o botellas, sino políticos de esa partidocracia que tanto critica. El movimiento supuestamente de cambio terminó siendo igual a todos.

Alianza PAIS acoge a la partidocracia. Sus puertas están abiertas para cualquier candidato con posibilidades de ganar, sin importar de donde venga. El partido, que llegó al poder como una alternativa a esa partidocracia gastada, hoy está conformado justamente por varios miembros de esos partidos y tendencias tan criticados.

Alianza PAIS es libre de recibir en sus filas a cualquier político. Y cualquier político puede unirse a Alianza PAIS. Pero resultan bastante sospechosos estos camisetazos.

Aquí no se dan cambios porque el prianista de ayer hoy descubre que su vocación está en el Socialismo del Siglo XXI de Alianza PAIS. No, su cambio se da porque sabe que en el Prian no tendrá las mismas posibilidades de ganar que en el partido presidencial.

Por su lado, el Gobierno no acoge a estos candidatos porque apruebe su ideología o experiencia. Los recibe porque tienen posibilidades de ganar. Así de simple.

Hoy todos se trepan a la camioneta verde. Y Correa los recibe con brazos abiertos en lugar de oponerse a ellos. Total, lo que importa es ganar. Es tener la mayor cantidad de alcaldes, prefectos, concejales, asambleístas del lado del Gobierno. La ideología y currículo no importan. Derechas, izquierdas, socialistas, capitalistas, pasados políticos, da igual. Lo importante es el poder por el poder. Demostrar que son más. Que dominan. Que al resto, a esa partidocracia –a la que hace poco pertenecían muchos de sus candidatos– le dan paliza.

El reportaje identifica a varios miembros de la partidocracia que ahora juegan con la 35. Muchos de estos candidatos de la partidocracia, “son caudillos en sus provincias. Empresarios o dirigentes, que al menos en el 90% están entre las personas de mayor poder económico en sus localidades. Y, aunque estuvieron vinculados a los partidos Roldosista, Social Cristiano, Sociedad Patriótica y Prian… hoy son candidatos por el movimiento gobiernista, PAIS”.

Las camionetas roldosista, socialcristiana, prianista y de Sociedad Patriótica están tubo bajo. Ya no jalan como antes. Los candidatos se bajaron de ellas. Ahora se suben a la 4x4 del Gobierno. Esa arrasa y está bien tuneada. Hay plata en esa camioneta. La nuestra para conseguir votos.

Por eso, aunque el Gobierno nos hable de una revolución ciudadana, de un cambio de época, de corazones ardientes, y de una patria de todos, sabemos que estamos ante los mismos jugadores de siempre que ahora juegan para otro equipo. Pasarán los años y aparecerá un nuevo candidato que llegue al poder ofreciéndonos combatir a la dominante partidocracia de Alianza PAIS. El mismo discurso con el que llegó Lucio Gutiérrez. El mismo discurso con el que Rafael Correa conquistó los votos. ¿Se detendrá algún día el círculo vicioso?

La partidocracia no ha muerto. Está más viva que antes en las filas gobiernistas. Los mismos rostros con nueva camiseta. La misma política con nueva etiqueta. ¿Quién nos saca del hueco? ¿Para cuándo las caras y propuestas nuevas?

miércoles, abril 01, 2009

Revista la U. - Abril 2009

Ya está circulando la U. de abril en tu universidad!!!



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