jueves, marzo 22, 2007

Jugando a los vaqueros

El país juega a la película de los buenos y los malos. Y el Gobierno controla el guión. Las oportunidades de diálogo desaparecen. Se impone la pelea. Dos grupos que en un principio, a pesar de sus ideas distintas, podían dialogar y convivir tranquilos, ahora son reducidos a dos bandos.

Por un lado están quienes apoyan un modelo socialista y ven en la Asamblea Constituyente una poderosa herramienta para establecer este modelo y sacar adelante al país. Es una mayoría diversa. Están algunos revoltosos, liderados por el MPD, que a cada oportunidad salen a las calles con sus banderas rojas del Che. Pero también hay mucha gente seria que apoya las tesis de izquierda. Los primeros están emocionados porque su Presidente está imponiendo su plan y aniquilando finalmente a la oposición. Los segundos están preocupados justamente por las mismas razones. Apoyan un socialismo moderno y una Constituyente seria, pero no el populismo y autoritarismo que empieza a practicar el Gobierno. Tienen fuertes dudas respecto al tipo de socialismo que quiere el Presidente. Esperan una definición puntual del Gobierno que indique la verdadera dirección en la que avanza el país.

Por otro lado están quienes creen en un modelo donde sea el individuo y no el Estado el que determine el curso de las cosas. Quienes están convencidos de que el socialismo, y sobre todo, ese del siglo XXI liderado por Chávez, es lo último que el país necesita. En este grupo hay políticos y diputados que más que una ideología, protegen sus intereses. Pero estamos también quienes creemos en la libertad, la competencia y la apertura para progresar, y no en un Estado todopoderoso que nos diga lo que debemos hacer o cómo hacerlo. Varios de este grupo también apoyan la Constituyente como una herramienta para lograr los cambios que ven necesarios. Otros, a pesar de desear cambios profundos en el país, dudamos que de esta Constituyente salga algo positivo, en especial con este clima de inestabilidad, confrontación e intolerancia.

En un ambiente respetuoso y democrático estos dos grupos ideológicos podrían coexistir y debatir sus posturas con altura. Lastimosamente se está reduciendo la oportunidad del debate a una tesis simplista: socialismo, Constituyente, Chávez = bueno, maravilloso, patriótico, histórico. Libre mercado, empresa, oposición a la Constituyente = malo, corrupto, antipatria.

Cuando ganó Rafael Correa, sabíamos que empezaría el reto de debatir su tesis socialista y sus creencias de que el Estado debe decidirlo y manejarlo casi todo. Esperábamos ese debate. Sin embargo, este Gobierno, acompañado de una mal representada y poco inteligente oposición en el Congreso, acabó con esa posibilidad. Nuestra preocupación ahora ha caído a niveles básicos donde lo único que importa es evitar que nos hundan y avergüencen más.

¡Qué pena! No tuvimos ese Presidente inteligente y respetuoso con quien debatir para buscar consensos y construir. No tuvimos un Congreso que entendiera la importancia de hacer una oposición limpia. Ahora el Gobierno ya tiene al Congreso, ya tiene al TSE. ¿Para qué escuchar, debatir y llegar a consensos cuando se pueden imponer las cosas?

Las ideas, diálogos y debates tendrán que esperar. La campaña por la Constituyente se basará en acentuar aún más las divisiones entre los dos grupos. La película de vaqueros impone su visión en blanco y negro. Y a este paso, la Asamblea solo será una secuencia de lo mismo con nuevos actores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo. Desde fuera se observa con ciero escepticismo la política de Ecuador. Al salir elegido Correa, yo fui uno de esos ilusos que creía que tal vez si habría diálogo y que el país iría en una misma dirección con consenso de todos los partidis políticos en via a su desarrollo, pero visto lo visto no se que es peor, un cacique populista liberal como Noboa o la izquierda prepotente que se cree saberlo todo de siempre y coacciona las libertades individuales. Lamentablemente la elección es bien difícil.
Creo que Ecuador ya no puede permitirse el lujo de perder más trenes.
Suerte

Anónimo dijo...

Como dice MIG ya estamos en un punto que nos toca defender lo basico. Pero yo creo que, si bien el gobierno ya tiene congreso y TSE a favor, lo que nos queda es el pueblo tomar de nuevo las cosas de nuestra mano.
No le hagamos el juego con la asamblea...votemos NO!
Es que de lo contrario la gente no va a creer hasta donde es capaz este gobierno de llegar, hasta que ya no haya vuelta atras.
No hay dialogo, ni lo va a haber, solo imposicion...votemos NO a la asamblea...es el arma mas poderosa que tenemos..LAS URNAS!