jueves, julio 31, 2008

El voto miedoso

Está de más decir que en el próximo referéndum muy pocos ecuatorianos votaremos a favor o en contra de la nueva Constitución. En la práctica, votaremos a favor o en contra de Rafael Correa, su gobierno, y lo que representa. Para muchos la decisión del voto será más básica aun. Se limitarán a seguir lo que les digan con más insistencia en la televisión. Que con el infinito bolsillo publicitario del Gobierno ya sabemos para dónde apunta.

Analistas, periodistas y grupos políticos y ciudadanos podrán quemarse las pestañas analizando con lupa los textos del proyecto de Constitución. Discutiendo si tal palabra puesta en tal lugar significa esto o aquello. Argumentando lo que esta Constitución nos da y nos quita. Que no malgasten sus horas de sueño. Nadie está escuchando. Al final del día la gente votará en función de su simpatía o antipatía hacia Correa. Lo que diga la Constitución será secundario.

Hay otro criterio conduciendo esta votación, que he escuchado en más de una conversación. Se trata del voto miedoso. Ese que lleva a la gente a votar por el Sí para evitar un supuesto caos en el país. Existe miedo e incertidumbre ante lo que la derrota del Sí pueda significar para la actual supuesta estabilidad política del país.

¿Sería todo un relajo? ¿Colapsaríamos en una gravísima crisis existencial nacional y de incertidumbre institucional?

En realidad no hay que temer. De no ganar el Sí, tenemos ya una Constitución vigente, bastante mejor y sensata que la propuesta. De no ganar el Sí, tenemos ya un Presidente que deberá concluir su período de cuatro años. De no ganar el Sí, tenemos ya cortes, jueces, tribunales, alcaldes, prefectos, y todo lo demás en orden.

Posibles problemas? Habría un período de desorden entre voces promoviendo la elección de nuevos diputados, otros argumentando que deben volver los anteriores, y otros armando relajo sobre cuáles diputados deben volver. El otro problema se daría alrededor de los mandatos constituyentes que entraron ilegalmente en vigencia. Al no ser aprobada la Constitución se generaría un vacío. Imagino, por ejemplo, a las empresas tercerizadoras peleando su derecho por volver al haber sido eliminadas con un mandato ilegal, que además no fue aprobado por el voto popular.

La campaña por el Sí sabrá aprovechar y promover estos miedos, esperando que muchos al estar frente a la papeleta terminen moviendo su mano y su pluma, por si las moscas, hacia la izquierda. Las campañas por el No o el Nulo tendrán un gran reto en convencer al país que su postura no es volver a un pasado oscuro, sino salvarnos de este presente y futuro aun más oscuros que propone este Gobierno y su Constitución.

Entre tantas cosas que debemos considerar al votar, lo que suceda en el plazo inmediato es lo que menos nos debe preocupar. El Gobierno acaparará cada centímetro de los medios para hacernos temer sobre este supuesto caos si no apoyamos su propuesta. Pero es en los peligros de esta nueva Constitución, que consolida un poder excesivo en los salones de Carondelet, nos enreda con una falsa participación ciudadana y echa a la basura nuestros sueños de un país más libre, emprendedor y con autonomías, donde debería estar nuestro verdadero miedo.

martes, julio 29, 2008

Gané el Premio SIP!!!

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) me ha escogido como ganador de su Premio Excelencia Periodística 2008 en la categoría Opinión por mi artículo "El Ofendido" publicado en mayo del año pasado.







Aquí está el anuncio:

La SIP anuncia los ganadores de los premios Excelencia Periodística 2008

MIAMI, Florida (21 de julio del 2008) - La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) anunció hoy a los ganadores de los premios que la institución otorga cada año tanto para destacar a periodistas y periódicos de todo el continente en sus aportes a la excelencia del periodismo y la defensa de la libertad de expresión. La información la proporcionó Gustavo Mohme, de La República, Perú, presidente de la Comisión de Premios.

La Comisión seleccionó a los ganadores en once categorías, cuyos premios serán entregados en el marco de la 64ª Asamblea General de la SIP en Madrid, España, que se realizará del 3 al 7 de octubre en el Hotel Meliá Castilla. Los premios consisten en $2.000 en efectivo, además de placas y diplomas.

"Este año la participación rebasó nuestras expectativas y la calidad de los trabajos fue verdaderamente impresionante. Como siempre, las propuestas fueron muy debatidas", comentó Gustavo Mohme. "El prestigio del premio despierta cada vez más entusiasmo entre los profesionales del periodismo en el continente".

A continuación las categorías y nombres de los concursantes que obtuvieron premios y menciones:

1. Premio SIP Categoría Relaciones Interamericanas Pedro Joaquín Chamorro. Auspicia La Prensa, Managua, Nicaragua.

João Antonio Barros, João Antonio Barros, Maria Mazzei, Nilton Claudino
O Día, Río de Janeiro, Brasil, por la serie de reportajes “Da folha ao pó: conexão Bolívia-Brasil”, que muestra las rutas de la droga transportada desde su cultivo en Bolivia hasta los puntos de venta en Brasil y en los cuales se detallan casos humanos y un problema social: el narcotráfico.

2. Premio SIP Categoría Derechos Humanos y Servicio a la Comunidad. Auspician Panamá-América, Panamá; El Comercio, Lima, Perú; Organización Publicitaria, S.A., San Pedro Sula, Honduras, y La Nación, Buenos Aires, Argentina

Alejandro Santos Rubino, Marta Ruiz Naranjo, José Fernando Hoyos Estrada, José Monsalve Gómez, Semana, Bogotá, Colombia, por la serie “La barbarie que no vimos”, que refleja con profundidad la crueldad sin límite, los atroces crímenes y la barbarie cometida por los paramilitares y guerrilleros. Un testimonio del horror que vivieron los habitantes del campo y las víctimas de los asesinatos cometidos en la década del 90.

3. Premio SIP Diario en la Educación. Auspicia Diario Hoy, Quito, Ecuador, y Novedades de Quintana Roo, México.

Deyse Sandoval Burrows y colectivo Icarito, La Tercera, Santiago, Chile, por la Enciclopedia Icarito, creada en 1968, la cual ha sido de extraordinaria utilidad en las escuelas públicas y una gran ayuda para niños entre 9 y 13 años. Cuenta con una enciclopedia virtual donde pueden encontrarse respuestas a tareas y trabajos escolares en todas las asignaturas. También dispone de especiales para fechas importantes, multimedia, buscador, servicio de preguntas y respuestas así como una serie de actividades y concursos.

4. Premio SIP Opinión. Auspicia El Mercurio, Santiago, Chile

Manuel Ignacio Gómez Lecaro, El Universo, Guayaquil, Ecuador, por su comentario “El ofendido”. El trabajo –sensato, coherente y equilibrado– da respuesta al presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien amenazó al director del diario La Hora por haber ejercido su más elemental derecho: la libre opinión.


Mención Honrosa:
Sergio Muñoz Bata, El Nuevo Día, San Juan, Puerto Rico, por su erudito y convincente artículo “La Historia como farsa” referido al plebiscito para la aprobación de reformas a la constitución impulsadas por el mandatario Hugo Chávez, en el que se utiliza un paralelismo histórico con Luis Napoleón Bonaparte.

5. Premio SIP Cobertura Noticiosa. Auspician El Nacional, Caracas, Venezuela, y O Estado de S. Paulo, Sao Paulo, Brasil

Alan Gripp, Roberto Stuckert Filho y Francisco Leali, O Globo, Río de Janeiro, Brasil, por la serie “Mensaleiros no Tribunal” en la que se revela la participación de miembros del gobierno brasileño es un esquema criminal de corrupción, peculado y lavado de dinero, y se denuncia la colusión entre integrantes del Tribunal Supremo cuya intención, frustrada gracias al trabajo periodístico, era descalificar la acusación fiscal.

Mención Honrosa:
John Yearwood y Juan Tamayo, The Miami Herald, Miami, Florida, por la completa y detallada cobertura que ofreció el diario durante meses acerca de la tensa situación en Venezuela.

6. Premio SIP Periodismo en Profundidad. Auspicia The Miami Herald, Miami, Florida

Todd Bensman, San Antonio Express-News, San Antonio, Texas, por la serie investigativa “BREACHING AMERICA: War refugees or threats?”, que devela de manera convincente –mediante información, análisis, entrevistas y revisión de material confidencial– el modus operandi de los traficantes de ilegales desde países musulmanes a Estados Unidos. La investigación llevó al reportero Bensman y al fotógrafo Jerry Lara a Siria, Jordania, Guatemala, México, Texas y Michigan.

Mención Honrosa:
Luz María Sierra Lopera, El Tiempo, Bogotá, Colombia, por su informe “Colombia busca a sus muertos”, dedicado al fenómeno de las fosas comunes. El trabajo es una escalofriante narración de la matanza y desaparición de los cuerpos, y el drama de los familiares por encontrar los restos de sus seres queridos.

7. Premio SIP Crónica. Auspician El Comercio, Quito, Ecuador, y McClatchy Newspapers, Sacramento, California

Diana Pachón, revista Don Juan, Colombia, por su trabajo “Embrujo Verde”, que narra, con un lenguaje directo y convincente, la miserable vida de los mineros y sus patrones.

8. Premio SIP Fotografía. Auspician The Washington Post Company, Washington, DC, y ABC Color, Asunción, Paraguay

Anni Wells, Los Angeles Times, Los Angeles, California, por su reportaje fotográfico “Pesticides and People” con el que se denuncian los efectos del uso de pesticidas en plantaciones de bananas en Nicaragua. La depurada técnica narrativa de la autora, que se escucha en audio, complementa las fotografías de alto contenido humano.

9. Premio SIP Caricaturas. Auspicia El Tiempo, Bogotá, Colombia

Filmar Fraga, Jornal Zero Hora, Porto Alegre, Brasil, el ingenio y originalidad con el que presenta a importantes personalidades internacionales de la literatura y la política.

Mención Honrosa:
Alonso Núñez Rebaza, El Comercio, Lima, Perú, por su galería de personajes políticos —selección de sus caricaturas semanales— vistos a través de la noticia de actualidad.

10. Premio SIP Infografía. Auspicia Clarín, Buenos Aires, Argentina

Beiman Pinilla, Juan Pablo Noriega Hederich, Carlos Morales, Alejandro Rojas Cardozo, Luis Alejandro Urueña Castro, Adrián Espinosa, El Tiempo, Bogotá, Colombia, por su trabajo “23 años buscando justicia”. La acertada combinación de fotografía, diseño y dibujo describe, con rigor de reconstrucción histórica, un hecho que aún guarda actualidad en Colombia: el asalto del grupo guerrillero M19 al Palacio de Justicia; y Alfredo Oshiro Fukuhara, Carlos Ramírez y Sergio Fernández, El Comercio, Lima, Perú, por su por su trabajo “Un paseo por la ciudadela sagrada de los Incas”, detallada y precisa infografía multimedia sobre Machu Picchu, en la que se puede realizar un recorrido virtual por los principales atractivos de esta ciudadela en 3D, que incluye fotos panorámicas, diseños e ilustraciones.

11. Premio SIP Cobertura de Noticias por Internet. Auspicia The Wall Street Journal.

Renata Cabrales, Ana María Saavedra, Carlos García, Natalia Vivas, Luis Alejandro Amaya, Javier Escobar, Felipe Castro, Diego Arias, Nataly Neira, El País, Cali, Colombia, por el especial multimedia “El Caso Jamundi, un año después”. El atinado uso de recursos digitales –videos, fotografías, infografías y foro de opiniones–da seguimiento a una masacre ocurrida el 23 de mayo del 2006, donde murieron diez policías y un informante en las inmediaciones de Jamundi, municipio del Valle del Cauca. Al final se aclaró que fueron asesinados por miembros del ejército.

jueves, julio 24, 2008

Primeras lecturas

Entré a la página web de la Asamblea Constituyente y ahí estaba. El último borrador del proyecto de Constitución que tantas discusiones ha generado en los recientes meses.

En cuanto a la forma, lo primero que llama la atención al revisar las 152 páginas es esta ridiculez de utilizar términos masculinos y femeninos para todo –la Presidenta o el Presidente; las ecuatorianas y los ecuatorianos; las niñas y los niños; las hijas e hijos–.

Suficientemente aburrido es leerse una Constitución, como para tener que aguantarse esta redundancia de términos. Como reclamaba recientemente en su columna el escritor español Javier Marías sobre este tema: ‘Desean hacer de la lengua algo odioso, inservible y soporífero’. Las asambleístas y los asambleístos parecen no tener problema en aburrirnos.

Pero bueno, lo de la forma no le hace daño a nadie. Es secundario. En lo de fondo, hay mucho que comentar. Por ahora me limito a un punto en el que este proyecto de Constitución no solo que perdió una oportunidad de avanzar, sino que da un gran paso para atrás en relación a la actual Constitución. Tiene que ver con los derechos de participación y los requisitos para ser candidatos.

Si la idea era ir hacia un cambio, era básico que pasemos de un voto obligatorio a un voto voluntario. Así, avanzaríamos hacia una real democracia en donde vote quien quiera votar. Iríamos hacia elecciones donde los candidatos deban realmente ganarse nuestro voto.

El voto voluntario acaba con esta imposición que hace que acudan a votar obligados y desinformados quienes marcan la papeleta por la primera foto que les guiña el ojo, o por el nombre que más escucharon en la radio. Para el populismo siempre es mejor que voten no solo los ciudadanos informados que lo hacen porque quieren, sino, sobre todo, los desinformados que lo hacen porque deben. Y este gobierno, que alimenta su popularidad de elecciones periódicas, necesita esos votos desinformados.
En la sección de las Fuerzas Armadas se dio un cambio lógico y positivo al hacer el servicio militar algo voluntario. Lástima que no hicieron lo mismo con el voto.

Algunos artículos más adelante se profundiza este retroceso electoral al detallarnos los requisitos para lograr un puesto en el nuevo Congreso, bautizado muy venezolanamente como Asamblea Nacional. Como si nuestros congresos anteriores no han sido lo suficientemente malos, ahora se da otro paso para impedir un cambio positivo. Se ha bajado el requisito de edad para ser diputado, de 25 a 18 años. En otras palabras, nos están diciendo que ser diputado es algo de tan poca importancia para el país que no se necesita educación universitaria. Si bien un título no garantiza a un buen político –y en la administración actual sobran casos para demostrarlo– al menos indica un mínimo de educación y experiencia, necesarias para ejercer cualquier cargo público o privado.

Nos quedamos con las ganas del voto voluntario. Un cambio puntual con el potencial de producir grandes mejoras en la calidad de candidatos que el país escogería. Y para rematar, no solo que seguiremos votando obligados. Sino que nos encontraremos en la papeleta con más improvisados.

Una primera lectura del proyecto de Constitución que en lo electoral deja mucho que desear.

miércoles, julio 23, 2008

WEBeando

Te sientas frente a tu computadora decidido a terminar ese trabajo postergado. Tienes tiempo. Tienes ganas. Estás motivado. Pero antes de iniciar te desvías inevitablemente a revisar tu mail, ver qué fotos nuevas han puestos tus amigos en el Facebook --ese mágico mundo donde todos vivimos siempre felices de farra en farra y con un trago en mano--, leer las últimas noticias y bajarte esa canción que escuchaste camino al trabajo. Y hasta logras colar por ahí una partidita de Solitario, que claro, nunca es una sola. Te has vuelto un maestro en el fácil arte de perder el tiempo. Eres todo un procrastinador.

Aprendí esa palabra, procrastination, cuando llegué a la universidad en Estados Unidos a mis 18 años. Hasta ese entonces nunca la había escuchado. La palabrita aparecía por todos lados en el campus. Había cursos, charlas y seminarios para ayudarnos a los estudiantes a evitar procrastinar y darnos las estrategias para aprovechar nuestro tiempo sin botarlo a la basura entre televisión, Playstation y computadoras. Y eso que en esa época el Internet era relativamente joven. No había Facebook. Google recién estaba por nacer. Y el iPod era una idea lejana, así que uno no sentía esa frenética necesidad de bajarse todas las canciones que alguna vez pasaron por nuestros oídos para llenar ochenta gigas de capacidad que jamás lograremos escuchar. Pero igual, cada época encuentra sus maneras de malgastarse, y uno se las arreglaba para perder el tiempo en lugar de estudiar.

Volví hace poco a esa palabra de mi época universitaria mientras leía un reportaje que decía que, en promedio, los empleados gringos pierden dos horas diarias de su trabajo navegando en Internet. Y luego encontré otro artículo que iba más lejos, diciendo que, en realidad, los empleados en Estados Unidos y en los países desarrollados solo trabajan ¡dos horas diarias! El resto del tiempo, es decir seis horas al día, se van entre conversaciones con vecinos de oficina y cubículo, visitas al baño y a tomar agua, navegar en Internet, chatear, revisar y contestar e-mails sin importancia, seguir navegando en Internet, pagar cuentas online, comentar en algún blog, realizar proyectos personales y por supuesto jugar algún jueguito online. La serie de televisión The Office resulta, después de todo, bastante real.

¿Qué hacía la gente en sus oficinas antes del Internet y las computadoras? ¿Cómo perdían su tiempo nuestros antecesores de cubículo? ¿Trabajan de verdad las ocho horas diarias? Difícil imaginarlo. En esas épocas no podían simplemente sacar un juego de naipes y jugar descaradamente Solitario sobre su escritorio. Ni creo que resultara muy práctico chatear con sus amigos por fax. Ni los imagino llevando su álbum de fotos –versión ochentera del Facebook— para que la oficina entera pudiera ver a la hijita recién nacida o la última farra entre amigos. Ni siquiera los fumadores tenían excusa para salir de la oficina a quemar tiempo pegándose unas pitadas. En aquellos prehistóricos tiempos los edificios tenían unas extrañas ventanas que sí podían abrirse y se podía fumar tranquilamente en el escritorio. ¿Qué hacían entonces? Entre memos escritos a máquina, cálculos con papel y lápiz, y dictados a la secretaria ya no quedaba mucho tiempo para perder. ¡De lo que nos salvamos!

Sólo llegando a este párrafo ya he revisado mi mail seis veces, he chateado tres, he visto unas cincuenta fotos en Facebook, he chequeado mi cuenta en el banco y he pagado la luz del mes. Y revisando en Wikipedia la palabra procrastinación terminé en un link que me llevó a un blog titulado “Como disminuir la procrastinación (o como trabajar más y WEBear menos)”, que la verdad no me sirvió de nada. ¿Quién dijo que en estos tiempos es más fácil escribir?

El otro día se cayó el Internet en mi oficina durante tres horas. Fueron las tres horas más productivas del mes.



* Publicado en revista SOHO de julio

jueves, julio 17, 2008

A Mariaca le cortan su salsa

“Pueden acercarse al departamento de personal si lo desean y presentar su renuncia”, terminó diciendo Enrique Arosemena, actual administrador de los canales en manos de la AGD, a los empleados de TC. Su mensaje quedó claro. Aquí no se critica al Gobierno.

A Enrique Arosemena no le gustó que Mariaca comentara en su programa de cocina ‘Mariaca en su salsa’ sobre el alza en los precios de la canasta familiar. No quiere que se hable de temas que puedan afectar la imagen de Rafael Correa entre las amas de casa.

Tampoco le gusta que los entrevistadores opinen sobre temas que no estudiaron en la universidad. En la televisión socialista del siglo XXI, un entrevistador debe limitarse a hacer preguntas, nunca a opinar. Salvo que en la pared del set de televisión cuelgue un título universitario que lo certifique como experto en el tema.

Resulta que Bruno Faidutti, conductor de un programa económico en CN3, opinó sobre temas legales en una entrevista a Jaime Damerval. La nueva dirección del canal no podía aceptar este atrevimiento del conductor. Enrique Arosemena lo explica así a los empleados de TC: “…Vi que Bruno como conductor económico estaba dando opiniones legales sobre el tema. Entonces lo llamé inmediatamente y le dije ‘Bruno, por favor, tú puedes opinar en economía lo que tú pienses… pero lo que no puedo permitir es que tú opines de temas legales, porque tu opinión legal es tan válida… como la mía, y en ese sentido pues, la de todos’…”.

Imaginemos por un momento a un ejecutivo de Ecuavisa pidiendo a Carlos Vera que no opine de temas legales porque no es abogado. Ridículo, ¿no? O que los articulistas podamos opinar solo sobre nuestra área específica de estudios. Justamente, por ser nuestra opinión, y la de Carlos Vera, Bruno Faidutti y Mariaca tan válida como la de cualquier persona, tenemos el derecho a expresarla.

Este episodio en TC sirve de botón para revelar un problema de fondo. Aunque nos juren lo contrario, el Gobierno va moldeando la línea editorial del canal en beneficio propio. Por suerte, hoy en día las pequeñas cámaras digitales son armas poderosas para descubrir la verdad. Todos podemos ver a Enrique Arosemena hablando a los empleados de TC en You Tube y sacar nuestras propias conclusiones sobre la libertad de expresión que este Gobierno dice respetar.



La libertad de expresión, sobre todo en un medio público, no admite “observaciones” de los directivos sobre lo que un periodista puede o no decir. Ahí se rompe la verdadera libertad. El mensaje queda clarísimo: o lo hacen a la manera del Gobierno, o ya saben dónde está la puerta.

Si el Gobierno quiere demostrar un manejo independiente de los medios incautados, ¿qué tal permitir a los empleados de cada canal nombrar su administrador temporal? Hasta eso, que Mariaca nos hable de su salsa, de precios y lo que pase por su cabeza. En libertad. Que los periodistas pregunten y opinen. En libertad. Su opinión es tan válida como cualquiera. Por eso tienen el derecho a darla y nosotros a escucharla. Los que no entienden esto, que se acerquen al departamento de personal.

jueves, julio 10, 2008

Vender o vender

¿Podemos confiar cuando el presidente Correa dice que venderá los canales de televisión hoy en manos de la AGD? Veamos…

Cuando la AGD tomó posesión del diario El Telégrafo nos dijeron que lo venderían a un dueño privado para compensar a los perjudicados por el desaparecido banco del Progreso. Pero El Telégrafo nunca se vendió, o se “vendió” al Estado que es lo mismo a no venderlo. Pasó a ser un diario público. Un diario del Gobierno. No solo que no se recuperó plata de los depositantes al no vender el diario, sino que mantenerlo y modernizarlo le cuesta plata al Estado; es decir, a nosotros los ecuatorianos. Todo para que unos pocos ojeen rápidamente sus páginas. ¿Llega siquiera a los mil suscriptores El Telégrafo? ¿Cuánto se gasta en mantener el diario por cada lector? Hasta ayer que lo revisé solo había publicidad estatal, que es lo mismo a cero publicidad. Linda venta la de El Telégrafo. Linda recuperación de fondos.

Por eso, aunque quiero creer al Presidente, dudo cuando dice que al Gobierno no le interesa administrar los bienes incautados a los Isaías y que “mientras más rápido podamos subastar, rematar esos bienes, entre ellos los medios de comunicación y con ese dinero pagar a los depositantes y resarcirse de todo el dinero que se puso en Filanbanco, dinero público; enhorabuena, tanto mejor”.

Mis dudas aumentan al recordar las declaraciones de Mónica Chuji, cuando era Secretaria de Comunicación, en relación al nuevo canal estatal. Chuji se lamentaba que el canal público debiera ocupar una frecuencia tan lejana en nuestro control remoto en el 48 de UHF. “Espero que algún momento haya compasión de quienes tienen uno, dos y tres canales de televisión y puedan darle al pueblo ecuatoriano la posibilidad de acceder”, dijo Chuji en esa época. Nostradámica ironía la de Mónica.

Si a esto le añadimos la “coincidencia” de que el nuevo administrador designado para manejar los canales de televisión incautados es justamente el presidente del canal del Gobierno, la aspiración de Mónica Chuji se hace más clara y real. Y las últimas declaraciones de Ricardo Patiño nos dejan menos dudas aún. “A lo mejor en el remate gana alguna entidad del Estado…”, dijo el reciclado funcionario. Linda venta. Linda recuperación de fondos.

Más allá de la legalidad o ilegalidad de lo que se hizo este martes, el fin por el cual se incautan todos esos bienes, incluyendo los canales de televisión, es para recuperar el dinero de los depositantes. Punto. Eso implica que deben venderse todos esos bienes, sin excepciones. Que no nos vengan con el cuento de que los están “vendiendo” a alguna institución del Estado. O que ahora esos canales ya son de “todos los ecuatorianos”. Eso no es vender. Eso no es recuperar fondos. Eso es engañarnos y pretender controlar medios de información que no le pertenecen al Estado.

Si el Gobierno es serio en lo que ha hecho, se asegurará de que los canales incautados pasen a manos privadas e independientes de Carondelet de inmediato. Si en cambio, se demora convenientemente esta venta en plena época electoral, o peor aún, el canal estatal pasa a una de estas frecuencias incautadas, sabremos de qué se trataba todo este show.

sábado, julio 05, 2008

A.C./D.C.

Cuando estaba en el colegio fue a hablarnos un supuesto experto en música satánica. De esos que encontraban mensajes ocultos al escuchar canciones de rock al revés. Ahí aparecían todos nuestros grupos favoritos. Ni siquiera se salvaba el cura jesuita argentino que nos daba clases de teología. Entre las canciones que nos tocaba en su guitarra, estaban algunas de Sui Generis –el grupo donde cantaba el legendario y siempre tostado Charly García— que según el conferencista también contenían mensajes con dos cachos y cola roja.

Una banda que no podía faltar en esta macabra lista de rockeros diabólicos, era por supuesto, el grupo AC/DC. Con mis amigos debatíamos el significado de esas siglas. Unos decían que AC/DC representaba la diabólica frase “After Christ/Devil comes”, otros que “Anti-Christ/Devil’s Child”, o “Anti-Christ/Death to Christ”. En fin, cada uno salía con su teoría que mostraba que esta banda había hecho un pacto con el mismísimo demonio. Ahora, años mas tarde, investigando en Internet, me entero que le pusieron AC/DC porque eso era lo que decía en la parte de atrás de la máquina de coser de la hermana de los fundadores de la banda, en referencia a la abreviación de “alternating current (AC) / direct current (DC)”. Sintieron que este nombre simbolizaba la energía de la banda. Tan inocente como eso.

Más allá de la banda de rock, la definición que todos conocemos para AC/DC se refiere por su puesto a “antes de Cristo” y “después de Cristo”. Pero yo aquí en realidad quería hablar de otro AC/DC más importante para nosotros los ecuatorianos. El “antes de Correa” y “después de Correa”.

Nos guste o no nuestro Presidente, cada día se vuelve más evidente que este gobierno marcará un antes y un después para el país. Desde el comienzo hemos tenido la percepción de que el Ecuador dejó de ser el mismo el día que Rafael Correa asumió el poder. Con los Abdalás, los Lucios, los Palacios, más allá de las preocupaciones que sus presidencias despertaban, siempre tuvimos la sensación de que eran aves de paso. En poco tiempo estarían afuera. “Este no termina su período”, decíamos desde el comienzo.

Con Correa es distinto. Desde el primer día, la pregunta dejó de ser “¿cuándo lo botarán?” para convertirse en “¿cuántas veces lo reelegirán?”. Pasamos repentinamente de quejarnos por nuestra inestabilidad política que impedía que nuestros presidentes terminen su período, a preocuparnos de que este presidente dure demasiados períodos. Su fortaleza era evidente. Distinta a la de sus antecesores.

El Ecuador AC era un país con un poder ejecutivo débil, siempre colgando de un hilo; un Congreso experto en bloquear iniciativas, amarrar leyes y comprar votos; unos partidos políticos con poco de ideología y mucho de oportunismo controlando al poder de turno; un poder judicial a las órdenes de esos partidos; y una sensación general de que no íbamos a ninguna parte. Era el país de la partidocracia, y según nos dice el gobierno hoy, de la larga noche neoliberal.

En el Ecuador DC, en cambio, el poder ejecutivo se volvió fuerte, muy fuerte, demasiado fuerte. Todo pasa por el ejecutivo. Carondelet hace y deshace a su gusto. Los partidos políticos prácticamente dejaron de existir. Ahora en realidad solo hay un partido que cuenta, el partido de Gobierno. El Congreso opositor desapareció, para dar paso a una Asamblea complaciente y obediente del poder ejecutivo. El usual bloqueo del Congreso a las iniciativas de gobierno cambió automáticamente por una luz verde a todo lo que diga y quiera el Presidente. Desapareció esa idea de que no íbamos a ningún lado. Ahora sabemos que vamos en un camino, pero el equivocado.

Pasamos de un país sin definición ni norte que cojeaba enredado entre trabas políticas, inestabilidad y malos gobiernos, a un país con un norte claro pero nefasto, con vía libre hacia los cambios que menos necesitamos.

El Ecuador AC era un país que daba vergüenza. El Ecuador DC es un país que preocupa más de la cuenta.

A Correa le gusta decir que no vivimos una época de cambio sino un cambio de época. Talvez esté en lo correcto, pero no por las razones apropiadas. Hablar de un cambio de época no será necesariamente positivo mientras esta nueva época la controle un modelo político que cree en la fuerza del estado por encima del emprendimiento y libertad individual.

La era AC va quedando atrás. Esa cojera y caminar sin dirección es cosa del pasado. La época DC comienza, corriendo rápidamente y con los pies firmes hacia el gran salto al vacío. Solo lo que marquemos en las próximas papeletas electorales podrá frenar esa carrera y evitar el mortal salto.



* Publicado en revista Clubes de julio.

jueves, julio 03, 2008

¡Dale duro!


Me sucede a menudo cuando me encuentro con algún amigo. Siempre asoma el tema político. Que en estas épocas altivas y soberanas significa terminar hablando de Correa y esta confundida Asamblea. Pasadas las críticas y quejas de rigor nos despedimos y me dice “¡dale duro en tu próximo artículo!”.

Quieren pelea, golpes, sangre. Están sedientos por leer y escuchar las críticas más fuertes contra el Gobierno. Lo disfrutan. Lo disfrutamos. Nos hemos contagiado de ese espíritu cargado de conflictos y rencores salido de Carondelet.

Nos hemos metido en el juego presidencial. En su forma de hacer política atacando y dividiendo. Buscamos lo mismo. Al igual que el Gobierno, nos preocupamos más de hacer caer al opositor, antes que buscar el bien del país. El aire político se carga de odio, rabia y conflictos.

Ese es el ambiente político actual. Correa nos ha metido en él. Se tropieza con su personalidad y sus rencores. Se olvida que es Presidente. Que le toca actuar como tal. Y ahí es cuando utiliza micrófonos y cámaras para dividir en lugar de unir, para escupir todo lo peor contra sus opositores en lugar de buscar puntos en común, para despreciar al que piensa distinto a él.

En estos días lo hemos vuelto a escuchar en lo mismo. Mete en el saco de la partidocracia a cualquier opositor. Invade nuestro tiempo con costosas cadenas nacionales que solo buscan más pelea con el Municipio de Guayaquil. Ridiculiza a quienes decidan votar por el No. Hasta que recapacita, o algún asesor lo hace recapacitar, y llama a reuniones y entrevistas conciliatorias para tratar de cerrar con una curita esas heridas profundas que requieren de un cirujano.

Es una lástima la oportunidad perdida. Un Presidente tan popular podía unir al país fácilmente. Pero nos divide. En Montecristi, igual. Cada día se respiran y escuchan posiciones más radicales del bloque oficial. Y sus opositores reaccionan igual. No ceden. Basta escuchar al rubio trío Queirolo-Acosta-Reyes. Posiciones cerradas. O conmigo o contra mí. Nosotros, los buenos; ustedes, los malos.

¿Podremos salir adelante en un país en el que solo buscamos lastimarnos y darnos duro? Nos metemos tanto en esta batalla política que olvidamos lo importante: buscar los acuerdos que logren el bienestar de cada uno de nosotros. Para eso las partes deben ceder, sentarse a conversar y pensar en el país y en la libertad de cada persona, en lugar de solo buscar hundir a la oposición e imponer a como dé lugar una ideología política. Con el referéndum que se acerca solo nos radicalizaremos. No habrá punto intermedio. Pelearemos al grito del Sí o del No.

Todos participamos de esta batalla. Es más fácil criticarnos. Es más fácil darnos duro. A mí me pasa a cada rato. Empiezo a escribir con las ganas más positivas y constructivas. Pero de repente me cruzo con alguna de esas declaraciones salidas de Montecristi con terrible olor a Unión Soviética, o con el último ataque o rabieta salida de Carondelet, y se me mete el bicho nacional de dar duro.

Correa trajo y alimentó a ese bicho. Le toca dar el ejemplo y matarlo. De lo contrario tenemos boxeo para largo. Y el país seguirá quedando para después.

miércoles, julio 02, 2008

Revista la U. - Julio 2008

Ya está circulando la U. de julio en tu universidad!!!





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