jueves, mayo 20, 2010

¿Pragmáticos?

Nuestro ex ministro de Economía y Finanzas, ex ministro del Litoral, ex ministro de Coordinación Política y actual Ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, ha asegurado que jamás firmaremos un tratado de libre comercio con la Unión Europea. “Nosotros no creemos en los tratados de libre comercio, creemos en… acuerdos integrales para el desarrollo”, dijo el Canciller en la reciente Cumbre de países de América Latina y el Caribe y la Unión Europea en Madrid. Ecuador no seguirá a Colombia y Perú en su camino a la integración comercial con el inmenso mercado europeo.

Para Patiño y este Gobierno los acuerdos no se pueden limitar a lo comercial. Creen que “la inversión y el comercio son solo una parte”. Por eso buscan un acuerdo “integral”, aunque no esté muy claro de qué se trate. Con esta postura alejada de la realidad, Ecuador abandona la oportunidad de venderle más a Europa mientras nuestros vecinos nos ganan espacios.

Una delegación de la Comisión Europea nos visitará en junio para intentar avanzar en la negociación de un acuerdo. Patiño ha dicho que “existe la voluntad política y la decisión presidencial” de concretar un acuerdo, pero uno que haga “prevalecer nuestra visión de desarrollo antes que el libre comercio”.

Suena bastante iluso pretender imponer un acuerdo especial con la Unión Europea –diferente a los que ha firmado con otros países– que se rija por la “visión de desarrollo” de este Gobierno. No veo a la delegación europea haciéndole mucho caso a las exigencias de este Gobierno que tiene muy poco que enseñar en lo que a crecimiento y desarrollo se refiere.

Pero no debe sorprendernos esta postura del Gobierno. Desde la campaña sabemos que Correa y su gente creen en el proteccionismo y el control estatal como forma de desarrollo. Para ellos el TLC es una mala palabra, al igual que globalización, competitividad y flexibilidad laboral. Malas palabras con las que Colombia, Perú y otros países avanzan mientras nosotros nos estancamos.

En la misma cumbre, Correa se reunió con Sebastián Piñera y Ricardo Martinelli, presidentes de Chile y Panamá. Correa dijo: “Nos entendemos muy bien con Sebastián (Piñera), es un hombre muy pragmático”. ¿Es Correa también pragmático? Tengo mis dudas. Si lo fuera, sería más abierto a aceptar, más allá de su ideología, los múltiples beneficios que traería para el desarrollo del país la firma de un TLC con la Unión Europea. O quién sabe. Tal vez su pragmatismo se basa en sus acciones para mantener su poder político. Correa sabe que la firma de un TLC sería suicidio político ante sus seguidores de izquierda y su colega en Caracas.

Queda la esperanza de que Correa y Patiño hayan sacado buenas lecciones de sus reuniones con Piñera y Martinelli. Antes que presidentes, ambos han sido empresarios muy exitosos que han construido importantes empresas en sus países. Saben cómo producir y crear empleo. Saben generar más dinero del que gastan. A Correa le vendría muy bien un curso intensivo sobre ese tema.

¿Se puede ser socialista y pragmático al mismo tiempo? Este Gobierno, en lo que a crecimiento del país y generación de empleo se refiere, nos contesta una y otra vez que no.

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