jueves, enero 06, 2011

Lenin


Lenin Moreno nos cae bien. Es un buen tipo. A pesar de colaborar con un Presidente antidemocrático, se las arregla para ir contra corriente. Todos esos odios y resentimientos salidos de Carondelet no le llegan.

No es raro que, según las encuestas, sea el más popular del Gobierno y el que tiene mayor credibilidad. Llega a gobiernistas, opositores e indecisos.

Se podría decir que Lenin la tiene fácil. Que no está en la mira del público, gremios, medios y actores políticos. Que ha enfocado su trabajo en el área social, donde hay poco rechazo y la mayoría está de acuerdo. Pero su actitud ha sido determinante. Podría, como lo haría su jefe, dedicarse a insultar y culpar a empresarios, medios, gremios, ONG y políticos del pasado por los males sociales del país. Pero hace lo contrario. Suma esfuerzos. Crea coincidencias. Une.

Dos entrevistas esta semana, en El Comercio y Vanguardia, dicen mucho de Lenin Moreno. Lo separan del rebaño correísta.

En Vanguardia, Lenin lanza una frase como para enmarcar: “La crítica es el asesoramiento gratuito que tenemos los gobernantes”. El Vicepresidente entiende, acepta y hasta invita a la crítica, para aprender de ella, reflexionar y rectificar de ser necesario.

Le preguntan: “¿Por qué el Ecuador le teme tanto a la deliberación”. Responde: “Se nos acostumbró a que no hay que dejarse pisar el poncho, a que nuestra idea tiene que imponerse…a ganar al vecino, en todos los sentidos hay que humillar al otro...”. Si solo lo escucharan algunos que creen que ejercer el poder consiste en humillar oponentes y hasta colaboradores.

En la entrevista de El Comercio, Lenin dijo preferir que haya excesiva libertad de expresión a que no haya ninguna. Y en ambas entrevistas, agradeció a la prensa por el apoyo en la difusión de la Misión Manuela Espejo. “Los medios de comunicación se convirtieron en ejes fundamentales en comunicar cómo íbamos avanzando; a veces con críticas y eso está bien”.

A diferencia de lo que sucede con varios de sus ministros, a quienes Correa castiga en público para lavarse las manos de cualquier error, con Lenin Moreno no ha habido roces notorios. No es uno de los fusibles presidenciales.

Se puede estar en desacuerdo con las ideas de Moreno, pero su actitud y respeto lo acercan fácilmente a la gente, más allá de ideología o banderas políticas. Cuestión de educación.

Lástima que Lenin transite solitario, como ajeno a lo que pasa en el Gobierno. A veces, más que Vicepresidente, parecería ser el líder de una ONG. Pero su actitud es la que el Gobierno y el país necesitan. Es la actitud que el Presidente debería imitar si quiere unir a los ecuatorianos, en lugar de intensificar odios y divisiones.

En la entrevista de El Comercio, Lenin dijo que en la consulta votaría en contra del Gobierno en el tema de las corridas de toros. Me hubiera gustado que fuera más lejos, rechazando esta absurda consulta, diseñada como excusa para invadirnos con otra campaña electoral que aumente la popularidad y poder de Correa.

Será para la próxima. Confío en Lenin como una de las pocas voces más o menos independientes dentro del Gobierno.

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