jueves, agosto 31, 2006

Moraleja de un planeta enano

Aprendimos los nombres de los planetas cantando la canción de Tico Tico. ¿Te la sabes, no? El payaso animaba nuestras fiestas de 4 años, junto al mago Olmedini que nos dejaba boquiabiertos y nos mataba de la risa con su famoso truco que le sacaba mágicamente el calzoncillo a algún amigo. De esa época parece que solo queda Tico Tico. Hasta Plutón se ha ido.

Los astrólogos –esas personas convencidas que nuestra personalidad y nuestra suerte en este mundo dependen de los planetas y del día en que nacemos– nos dicen que no tenemos de qué preocuparnos. La influencia de Plutón seguirá tan vigente como siempre en todos los escorpión. ¡Uf, qué alivio! Ya empezábamos a temer que la degradación de Plutón a planeta enano genere una crisis existencial en millones de personas.




Para mí lo interesante de esto, y tratando de sacarle algún mensaje a la noticia, es que nos muestra que nada está escrito sobre piedra. Lo que ayer aprendimos como dato cierto e irrefutable, hoy un grupo de científicos refuta. Plutón desaparecerá de los libros de Ciencias Naturales de nuestros hijos. La Tierra plana de nuestros antepasados hoy es redonda. Adán y Eva, la costilla y la manzana quedaron relegados a cuento desde que Darwin nos mostró cómo fueron las cosas (aunque por ahí algunos gringos insistan que a sus hijos les enseñen en la escuela la fábula creacionista). Y así sucederá con otras cosas que hoy defendemos como realidades. Mañana no serán más que antiguas creencias. Sabemos y aceptamos que no lo sabemos todo, y que no todo lo que hoy es verdad lo seguirá siendo mañana.

Podríamos seguir el ejemplo de la asamblea de la Unión Astronómica Internacional que votó por reducir el número de planetas y darle esta nueva calificación a Plutón. Hubiera sido más fácil dejarlo todo como estaba. Pero tomaron una decisión que si bien hoy complica a profesores, alumnos, astrólogos y, cómo no, a Tico Tico, en el largo plazo simplifica y explica mejor el universo en que vivimos. En nuestro Congreso, nuestro Gobierno y nuestros negocios debemos regirnos por un criterio similar. Realizar los cambios necesarios, aunque en el corto plazo generen dificultades. Por ejemplo, lo fácil para el siguiente gobierno es dejar la educación en el país como está. No complicarse la vida y dejarlo todo más o menos igual sumergido en el atraso de la UNE. Lo difícil y correcto es ir por el cambio. Mandar a su casa a quienes secuestran y atrasan nuestra educación y aplicar las reformas necesarias. En el corto plazo será un dolor de cabeza. Seguro habrá huelgas y se cancelarán clases, pero en el largo plazo se habrá dado el gran paso hacia un país educado.

La decisión de redefinir a Plutón muestra que llegan momentos en que debe romperse el statu quo, las antiguas prácticas y creencias; aceptar los cambios y caminar hacia ellos. De lo contrario, nos estancamos, no vamos a ningún lado. Ojalá todos, y sobre todo, nuestros gobernantes, reconozcamos cuándo es momento para el cambio. Sepamos aceptarlo e impulsarlo. Ya que pronto olvidaremos a Plutón, que al menos nos deje esta lección.


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