jueves, noviembre 01, 2007

El bobo nacionalismo

Anoche, las brujas, los fantasmas y las calabazas nos pasaron de largo. Por exigencia del Ministro de Educación los niños no pudieron celebrar Halloween en sus escuelas.

En un comunicado, de esos que deben colgarse en la galería de nuestros absurdos nacionalismos, el ministro Vallejo indicó que “es importante que en el sistema educativo, se evite la organización del festejo de Halloween, costumbre de origen celta extraña a nuestra tradición cultural…”. En su lugar, el Ministerio solicitó que se realicen actos cívicos para conmemorar el Día del Escudo Nacional.

En otras palabras, olvídense niños de estimular su imaginación y creatividad disfrazándose y decorando sus escuelas con brujas y calabazas. Mejor prepárense para marchar bajo el sol del mediodía como soldados, cantar el himno y aguantarse un discurso de su director.

Parece algo secundario, pero son estas actitudes las que sientan las bases de una sociedad que camina para atrás, aislada del mundo. Al decirles a los niños que no celebren Halloween por no ser ecuatoriano, le están creando un rechazo a lo extranjero. Les meten la idea de que solo lo nuestro es bueno y lo de afuera es malo. Y que debemos defender al país de influencias extranjeras (salvo, claro está, si lo extranjero usa boina roja o fuma un habano).

¿Acaso hay algo 100% ecuatoriano, que no haya tomado algo de otras culturas y tradiciones? ¿Acaso la “cultura ecuatoriana” se formó aislada del mundo? Las manifestaciones culturales del mundo son una mezcla de tradiciones que olvidan su origen.

El bobo nacionalismo está de moda en nuestro país. Nuestro Presidente lleva la bandera. Este Gobierno que ha calificado de “bobo aperturismo” la integración de mercados, camina en dirección contraria cerrándonos al mundo.

Y lo más triste es que la gente compra el discurso nacionalista. Ayer, en un programa de la mañana, una presentadora dijo que, siguiendo el llamado del Gobierno a no celebrar Halloween, decidieron no disfrazarse ni decorar el set, para así “hacer patria”. El desayuno se me revolvió en el estómago al escuchar tal ridiculez. ¡No celebrar Halloween se convierte ahora en hacer patria! Les aseguro que más patria hacemos moviendo el comercio local al comprar máscaras y disfraces de brujas.

El bobo nacionalismo pretende imponernos una solo cultura, una sola tradición, una sola mentalidad. Ignora la riqueza cultural y artística de este planeta, que como ciudadanos libres del mundo tenemos todo el derecho a celebrar o incluso elegir sobre nuestras tradiciones locales. Impone la mentalidad aldeana como estandarte patriotero. Muy bien que prefiramos y celebremos lo local. Pero la opción por lo local debe nacer en cada individuo, no imponerse o “recomendarse” desde arriba.

Espero que cuando mi hija vaya a la escuela le incentiven la aventura del conocimiento, mostrándole que el mundo no termina en nuestro país, que hay cosas buenas en todos lados, incluso brujas y calabazas venidas del norte. Que aprenda de lo local y lo extranjero. No de lo local contra lo extranjero. Que entienda que somos parte de un mundo diverso e interesante, del que podemos escoger la música, tradiciones, cultura que más nos guste.

Empieza la era del bobo nacionalismo y del bobo proteccionismo. ¿Cuánto tiempo durarán? Ojalá alguna bruja nos libre del hechizo.

3 comentarios:

asv dijo...

Gracias por escribir cada semana lo que muchos pensamos.
Todo lo que esta pasando ahora, la subida de los aranceles, el terminar con el trabajo por hora, el estatismo y el proteccionismo, es como "Volver al pasado" Ya esto lo hemos vivido y no da resultados. Lo que me desanima es ver que no hay prácticamente nada que hacer, que no hay nadie que lo pare.

quark schiz dijo...

Aquí no hay un ambiente cultural propicio para festejar el Halloween, me parece una banalidad innecesaria y no me parece malo que se la desestime.

En cuanto a la celebración del Día del Escudo Nacional, tampoco me parece malo que se fomente eso, lo malo creo yo es que se limite a una ceremonia burda y a marchar bajo el sol del mediodía, lo que es justamente sintomático de la falta de imaginación e iniciativas creativas, y no precisamente la de los niños.

Anónimo dijo...

Grande Manuel...excelente articulo...GRACIAS POR SER UNO DE LOS POCOS QUE CON SU PLUMA SACAN CADA DIA UNO MAS DEL BORREGUISMO