
Entre tantos impresionantes vestuarios, coreografías, música, bailes y

Parece una tontería, pero al hacer esto en un evento de tanta relevancia mundial, China le está diciendo al mundo que la imagen es todo. Lo que haya detrás de esa imagen es secundario. Se lo puede esconder y maquillar. La tierra se la barre debajo de la alfombra.

Las últimas encuestas muestran que ese optimismo inicial que suele darse con los nuevos gobiernos ya se está perdiendo. Las expectativas de que las cosas mejorarán desaparecen. La preocupación por la falta de empleo, por los altos precios y el mal manejo del Gobierno crecen. No provoca sonreír ante el panorama del país. Por mucho que las campañas a favor de la nueva Constitución nos quieran pintar un mundo color de rosa, sabemos que nos venden pura imagen vacía. ¿Lo sabrá a tiempo la mayoría del país?
Se puede vender una falsa imagen por un tiempo. Pero tarde o temprano se conoce la realidad. Se la siente en los estómagos vacíos. Se la vive en una economía que no camina. Se la percibe en el aire estancado.
En este Gobierno del show, tarde o temprano el país sabrá lo que hay detrás del telón. La niña del vestido rojo nos sonríe. Pero cada día, más gente sabe que la voz no es de ella. ¿Por cuánto tiempo le servirá al Gobierno el show que tan bien ha sabido dirigir Vinicio Alvarado? ¿Cuánto tiempo lograrán hacer sonreír a una parte del país a base de cancioncitas, bonos y promesas?
Tal vez la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas no hubiese sido igual sin la niña del vestido rojo. Pero el papelón de los organizadores al ser descubiertos fue más grave. Al final todo se sabe y la realidad nos golpea.
2 comentarios:
asi es, ene ste mundo todo es mascaras, solo que no son para siempre, y todo cae por su propio peso, ojala todos abran los ojos como muchos lo hemos jecho desde un principio
Lo más grave es que después de todo, la gente de abajo seguirá las tonterias de este mega egocéntrico hasta que nuevamnte sea muy tarde. No por nada nos dicen a los latinoamericanos "noveleros", siempre cegados por la brillante luz del sol y nunca pensando en el cancer que a la larga provoca...
atte. David G.
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