jueves, noviembre 04, 2010

Bueno por conocer


Hay opositores y opositores. No todos tienen la misma legitimidad. Pero ante la falta de voces y líderes de oposición, vemos con tristeza cómo sobresalen y hasta se consideran como opciones válidas quienes menos nos convienen.

Me sorprendió y decepcionó mucho, por ejemplo, escuchar a Carlos Alberto Montaner, respetado periodista y escritor liberal cubano, presentar a Lucio Gutiérrez, en una charla del Instituto Interamericano por la Democracia en Miami, como “un demócrata a carta cabal”, “una de las opciones políticas más interesantes” y “una de las esperanzas de la reconquista democrática para Ecuador”.

El Gobierno ecuatoriano aprovechó las imágenes de esta charla en Miami para inventarse que ahí se conspiraba para dar un golpe de Estado. Montaner contestó muy bien la acusación y manipulación del Gobierno diciendo que “jamás en mi vida he visto que una conferencia abierta al público, convocada por una institución académica y auspiciada por una universidad muy reconocida, filmada y colocada en internet, junto a las fotos de los participantes, forma parte de una oscura conspiración. Esa es una reacción muy poco seria, paranoica, de quienes disfrutan el papel de víctimas y tienen la mala costumbre de alentar permanentemente la conmoción social”.

Montaner tiene ahí toda la razón. Pero en lo que sí está perdido es en su apreciación de Lucio Gutiérrez como demócrata. Olvida que Gutiérrez se dio a conocer justamente por liderar un golpe de Estado. Y luego como Presidente estuvo muy lejos de ser un demócrata ideal. Él mismo se autoproclamó “dictócrata” y en un acto de autoritarismo y acaparamiento de poderes –que Correa ya ha superado de largo– removió a la Corte Suprema de Justicia para rearmarla a su gusto.

Preocupa que en foros internacionales presenten a Gutiérrez como una alternativa seria y democrática para el Ecuador. O que encuentre apoyo en el país como un opositor válido. No podemos llegar a ese nivel de desesperación. Debemos encontrar una real alternativa democrática a este Gobierno.

Esa alternativa será una persona que represente lo opuesto a Rafael Correa. Alguien que sí entienda de economía y cómo hacerla andar. Que utilice el poder para servir, no para perseguir. Alguien que comprenda que el Gobierno está para protegernos y garantizar nuestra libertad, no para imponer su voluntad, decidir por nosotros y controlar nuestras vidas. Alguien respetuoso, conciliador, que sepa escuchar y una a los ecuatorianos, en lugar de confrontarlos. Que promueva al sector privado, no el despilfarro público, como motor de desarrollo y aliado en la lucha contra la pobreza. Alguien con experiencia generando empleo, liderando personas, administrando recursos. Alguien a quien no lo sorprenda ni le quede grande el poder.

En condiciones normales, Correa estuviera acabando su periodo presidencial. Estaríamos cercanos a las elecciones con un triste panorama en la oposición. ¿Lucio Gutiérrez? ¿Fabricio Correa? No, por favor. Podemos y debemos valorarnos más como país. Empujar nuevas voces y rostros de oposición que hoy están callados.

No se trata de apoyar a cualquier opositor. Cambiar un caudillo por otro no logra nada. Se trata de buscar un verdadero cambio para bien.

No nos sirve el malo conocido. Necesitamos el bueno por conocer.

No hay comentarios: