jueves, enero 05, 2012

Un enemigo menos


Con cada año nuevo nacen miles de propósitos. Ir al gimnasio, iniciar una dieta, empezar ese proyecto postergado, leer más, ver menos televisión, dejar de fumar. Pero la rutina, la pereza y la velocidad de la vida suelen dejar a medias la mayoría de esas promesas y regresarnos a lo mismo del año anterior.

Entre mensajes de amor y paz y resoluciones para el nuevo año, me llegó una idea que bien vale la pena adoptarla para este año que empieza y cumplirla. Su impacto sería enorme en las vidas de las personas y sociedades. La idea es tan sencilla como complicada. Se trata de empezar el año con un enemigo menos.

Hacer las paces con ese amigo que alguna discusión o algún asunto sin mayor importancia convirtió en examigo. Reconciliarse entre hermanos que crecieron juntos y felices y ahora ni se saludan por problemas que nunca debieron darse. Retomar contacto entre primos, compañeras, compadres que han pasado demasiados años sin hablarse por ese orgullo que impide dar el primer paso aunque ya ni se acuerdan por qué siguen resentidos. Empezar el año con un abrazo, una visita, una llamada o al menos un mail que acerque y cure heridas.

La idea viene de una agencia de publicidad española que para ayudar a dar ese paso hacia la reconciliación como propósito de año nuevo ha creado la iniciativa “Un enemigo menos, un amigo más”. A través de www.unenemigomenos.com se puede enviar una bandera blanca a las personas con las que uno quiera hacer las paces. La idea es generar la reconciliación entre individuos. Pero va más allá, al ser una vía para fomentar la paz, la solidaridad y el entendimiento entre las personas y pueblos a una escala mundial.

Suena bien. Convertir el 2012 en el año de menos enemigos. Suena mejor todavía cuando lo llevamos a nuestra arena política e imaginamos la posibilidad de que en lugar de insultos, ataques personales y tanto odio, nuestros políticos se entreguen banderas blancas. Como el poderoso mensaje que envió la última campaña de Benetton, sería mejor que en lugar de tanta división y tanto lodo echado con ventilador, nuestros líderes locales y mundiales se den un buen beso que selle el compromiso de avanzar juntos.

El ejemplo lo podrían poner en Carondelet. No con esos falsos perdones otorgados a quienes solo han ejercido su derecho a expresarse. Sino pidiendo perdón a todos los que han agredido, a todos aquellos cuya libertad han coartado, a los que hoy en día deben defenderse ante juicios abusivos y absurdos, en cortes intimidadas frente al poder.

Yo por mi lado intentaré ver más seguido el lado positivo del Gobierno. Está ahí, en las obras de infraestructura y las mejoras en la atención de instituciones públicas. En las inversiones sociales que mejoran la vida de muchas personas. Y esperaré que el Gobierno envíe varias banderas blancas a los medios y tome la decisión firme de abandonar su papel de enemigo y acosador de la prensa. El primer paso debe darlo el presidente desechando sus juicios a medios y periodistas.

Un propósito. Una acción. Empezar el año con un enemigo menos. ¿Se puede?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre se puede se puede hacer algo, siempre hay otras opciones. Se puede.

Tu artículo, simplemente brillante. Enhorabuena!

Ornella.