
Pero esta Cumbre fue distinta. Aquí hubo emoción, insultos, frases memorables, folclore, sonrisas, disgustos, y lo más importante, al final se llegó a conclusiones, aparentes soluciones, reconciliación y abrazos. Fue una vitrina que nos mostró distintos estilos y capacidades presidenciales. Y a más de uno nos hizo sentir sana envidia por la calidad de líderes que tienen otros países.
Pero de todo este mal episodio que vivimos la semana pasada, con su feliz conclusión en Santo Domingo, nos quedan ciertas dudas y preocupaciones.
Nos queda la duda de las acusaciones del presidente Álvaro Uribe al gobierno del presidente Rafael Correa. Fueron acusaciones muy serias. No todos los días escuchamos a un presidente acusar a otro de proteger a grupos terroristas y de haber recibido financiamiento de ellos para su campaña presidencial. Uribe es un presidente serio, aunque a los “nostálgicos del comunismo”, para utilizar sus palabras, les cueste reconocerlo. Por eso, no podemos ignorar estas acusaciones así nomás, como esa asambleísta que descartó el asunto diciendo que no debemos darle crédito “a un señor tan mentiroso” refiriéndose a Uribe. Nuestra defensa del país o nuestro patriotismo no se dan al desechar estas acusaciones, sino al esclarecerlas.
Hizo bien el presidente Correa al ofrecer poner a consideración de la justicia y la oposición los documentos que Uribe leyó para respaldar sus acusaciones. Ahora toca que se cumpla la promesa. Que se entreguen los documentos y se investiguen con seriedad y objetividad. ¿Sucederá?
Por otro lado, este episodio nos deja una preocupación importante. Preocupa esta

De esta Cumbre salió fortalecida la democracia y la unión latinoamericana. Salieron fortalecidos los presidentes en sus respectivos países. Sería triste que las FARC hayan también salido fortalecidas, su terror legitimado y que estos grupos que las apoyan crezcan a raíz de estos sucesos.
Fue una Cumbre para el recuerdo. Mientras las dudas sobre el Gobierno ecuatoriano se esclarezcan y las preocupaciones no sean en realidad tan serias, quedará como un buen recuerdo.
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