jueves, julio 02, 2009

¿Bolas?

A raíz del golpe de Estado en Honduras, por varios celulares circuló un mensajito que decía: “Con carácter de urgencia, se necesitan bolas de militares de Honduras para trasplantárselas a militares venezolanos”. Más allá del chiste, no comparto el mensajito. Lo de Honduras no debe ocurrir en nuestra época. Latinoamérica vive tiempos más civilizados, aunque a veces nuestros gobiernos se empeñen en demostrar lo contrario.

Quienes apoyan el golpe de Estado en Honduras dicen que en realidad no lo es. Que los militares están restaurando el Estado de derecho al librar al país de un presidente empeñado en violar la Constitución. Tal vez tengan razón en el fondo, pero fallaron en la forma. Si sacar por las armas a medianoche y en pijama a Manuel Zelaya de su casa no es un golpe de Estado, no sé qué lo es. Pueden tener todas las razones del mundo. Pero pudieron encontrar formas más civilizadas de oponerse al gobierno sin llegar a estos extremos.

No se puede justificar la acción de los militares en Honduras apelando a la defensa de la Constitución y democracia, por muy chavista o abusador de las leyes que sea Zelaya. La comunidad internacional hace bien en oponerse al golpe.

Pero lo irónico de todo esto es ver a Hugo Chávez y su club de fans de la ALBA como voceros de la democracia. ¿No es este el mismo Chávez que se hizo famoso en su país justamente por intentar un golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez? ¿No es este el mismo Rafael Correa que apoyó la destitución de Lucio Gutiérrez, de la que se beneficiaría al ser nombrado Ministro de Economía por su sucesor? ¿No son estos presidentes los maestros en hacer de la Constitución y las leyes plastilina que moldean a su favor? Que no se vengan a hacer los muy democráticos ahora.

Por eso no les creo a Chávez y compañía cuando hablan de democracia. Eso no les importa. Les importa aumentar su poder e influencia en la región. Cuando la palabra democracia les conviene para ese fin, ¡que viva la democracia! Cuando son las armas y la violencia, ¡que viva la rebelión!

Y tampoco le creo mucho al gobierno de Estados Unidos y otros que piden que vuelva Zelaya al poder. En el fondo no quieren que regrese. Prefieren que se quede afuera para que Chávez no tenga a Honduras bajo su control. Pero, a pesar de ello, defienden con razón la institucionalidad para no sentar un mal precedente en la región.

Tarde o temprano –y esperemos que no muy tarde– los malos gobiernos terminan. Pero no deben hacerlo por las armas como en Honduras, sino por las urnas. Como lo acaban de hacer los argentinos que despiertan de la seducción socialista de los Kirchner. Como lo harán eventualmente el resto de países latinoamericanos, hoy embobados con el populismo bolivariano.

En democracia toca ser democráticos y seguir las reglas del juego. Las armas, uniformes y toques de queda que se queden guardados en otra era. No queremos fortalecer a Chávez y sus amigos enemigos de la libertad, convirtiéndolos en solapados abanderados de la democracia. Suficientes falsos mártires con los del pasado, como para andar creando nuevos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Manuel, lea este comentario, el cual sugiere que no fue golpe de estado sino el desempeño de la ley por parte de las fuerzas armadas de Honduras.

Imagínese si la constitución ecuatoriana hubiese tenido algo como el artículo 239....

Anónimo dijo...

Porque Zelaya sí que seguía las reglas del juego aunque haya querido perpetuarse en el cargo y para el efecto haya recibido computadoras arregladas desde Venezuela.

"La Dirección Nacional de Investigación Criminal decomisó varios ordenadores en la Casa Presidencial en los que estaban registrados los supuestos resultados de el referéndum sobre la reforma de la Constitución que tenía previsto hacer el mandatario depuesto, Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio, el día que fue derrocado. La Fiscalía investigará ahora si se trata de un posible delito de fraude y falsificación de documentos, debido a que algunas actas habían sido rellenadas con los datos de las personas que supuestamente participaron en el fallido referéndum que no pudo llevarse a cabo por el golpe de Estado"

Cada vez me convenzo más de que la democracia es un sistema fallido, bien decía un tipo que la democracia son dos lobos y una oveja decidiendo qué van a comer.